Concepto de caza del tesoro Adell, Jordi (2003):
Una “caza del tesoro” (en inglés “Treasure Hunt”, “Scavenger Hunt” o
“Knowledge Hunt”, ya que de las tres formas se la conoce) es una de las
estructuras de actividad didáctica más populares entre los docentes que
utilizan la Internet en sus clases. En esencia, una caza del tesoro es
una hola de trabajo o una página web con una serie de preguntas y una
lista de páginas web en las los alumnos buscan las respuestas. Al final
se suele incluir la “gran pregunta”, cuya respuesta no aparece
directamente en las páginas web visitadas y que exige integrar y valorar
lo aprendido durante la búsqueda. Las cazas del tesoro son estrategias
útiles para adquirir información sobre un tema determinado y practicar
habilidades y procedimientos relacionados con las tecnologías de la
información y la comunicación en general y con el acceso a la
información a través de la Internet en particular.
Estructura
Estructuraremos la hoja de trabajo en cuatro partes: Introducción, Preguntas, Recursos y “La gran pregunta”
2.1. Introducción
En la Introducción se deben describir la tarea y
las instrucciones para realizarla. Ante todo debemos despertar el
interés de los alumnos por averiguar las respuestas a las preguntas.
2.2. Preguntas
Debemos listar y numerar las preguntas o
pequeñas actividades a realizar. Para formular las preguntas, en el caso
de alumnos jóvenes, deberíamos copiar y pegar las frases exactas que
contienen la información relevante que queremos que encuentren (una de
cada página web de la lista de recursos) y luego transformarlas en
preguntas directas. Para alumnos más mayores, se pueden efectuar
preguntas que impliquen actividades más complejar, relacionadas con la
lectura comprensiva, la inferencia, la reunión y organización de
información, la comparación, etc. Si plantamos prequeñas actividades,
deben poderse realizar con cierta rapidez: leer un mapa, efectuar un
cálculo, averiguar el resultado de una pequeña simulación, etc.
Por ejemplo, se puede preguntar sobre el por qué(análisis: ¿por qué las
cosas ocurren de la manera en que lo hacen?), sobre el cómo (solución de
problemas: ¿cómo pueden hacerse mejor?) y sobre el qué hacer (toma de
decisiones: ¿qué opción debo escoger?). Para hacer preguntas
consistentes, primero se debe escribir la pregunta, luego reformularla
(un máximo de 50 palabras) especificando qué pretende que aprendan los
alumnos respondiéndola. Luego, hay que revisar la primera formulación.
2.3. Recursos
A continuación debemos listar los títulos y URLs
de las páginas a consultar para encontrar las respuestas a las
preguntas o realizar las actividades. Se pueden utilizar buscadores
especializados o genéricos o herramientas ad hoc como TrackStar (
http://trackstar.hprtec.org).
También se pueden utilizar o adaptar una “caza del tesoro” de las que
existen en la Internet y que han sido elaboradas y probadas por
profesores.
Un buen hábito es marcar los recursos interesantes
que encontremos cuando navegamos por la red, aún cuando no sean lo que
estábamos buscando: así podremos explorarlos posteriormente.
Servicios como TrackStar “acumulan sabiduría” de una
enorme cantidad de maestros y maestras en forma de listas de links sobre
un tema determinado. Los portales educativos tienen colecciones de
recursos de interés curricular organizados por temas. Por ejemplo,
Education Planet (
http://www.education-planet.com) o Education World (
http://www.educationworld.com). En castellano pueden encontrarse recursos en las web de la XTEC
http://www.xtec.es/), el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (CNICE) (
http://www.cnice.mecd.es/) , en
Profes.net
y en portales educativos o buscadores generalistas como Yahoo!, Google o
Altavista. No es necesario decir que la cantidad de recursos educativos
en inglés es muy superior a la disponible en otros idiomas. Pero hay
multitud de sitios de interés: periódicos, museos, universidades,
editoriales, portales educativos, consejerías de educación, planes y
proyectos de nuevas tecnologías, redes educativas, páginas personales de
docentes con colecciones de links interesantes, etc. (
Es recomendable hacer preguntas no sólo sobre el qué,
sino también sobre el por qué (implica análisis: ¿por qué las cosas
ocurren de determinada manera?), sobre el cómo (implica solución de
problemas: ¿cómo pueden hacerse mejor?, por ejemplo) y sobre el qué
hacer (implica toma de decisiones: ¿qué opción debo escoger?). Para
hacer preguntas consistentes, podemos hacerlo de la siguiente manera:
primero escribimos la pregunta, luego la reformulamos (un máximo de 50
palabras) especificando qué se pretende que aprendan los alumnos
respondiéndola. Luego, a la luz de nuestros objetivos, revisamos la
primera formulación.
2.4. La gran pregunta
Incluir una pregunta final, global, cuya
respuesta no se encuentre directamente en ninguna página de la lista de
recursos, sino que dependa de las respuestas a las preguntas anteriores y
de lo aprendido buscando las respuestas. Idealmente, debería coincidir
con un objetivo curricular y puede incluir aspectos valorativos y de
opinión personal sobre el tema buscado. Aquí podríamos trabajar normas,
actitudes y valores pidiendo que los alumnos reflexionaran sobre las
implicaciones personales, sociales, políticas, etc. del tema de la caza
(si se presta a ello, naturalmente).
Evaluación
La manera más sencilla de evaluar una caza es en
función del producto: es decir, de la cantidad y calidad de los aciertos
de los estudiantes. Sin embargo, es interesante establecer algunos
indicadores de la calidad del proceso: grado de elaboración de las
estrategias de búsqueda, originalidad, trabajo en equipo, manejo de la
tecnología, etc.
Una práctica recomendable es corregir la caza
entre todos y dar oportunidad de que aquellos alumnos que no han
encontrado las respuestas o las han elaborado poco, la rehagan con la
colaboración del maestro o maestra